Que serìa de La Aeronàutica sin estas Historias, pasadas pero que resumen la pasiòn en aquellos tiempos por volar.
Martin.Muotri
Pocas veces me hice la rata en la Newbery...
Una
mañana de 1948 o 49 fuimos varios raboneros hasta El Palomar, con
nuestros buzos color verde oliva, y le explicamos a un sargento que
queríamos volar. y este hombre, que era piloto (muchos suboficiales lo
eran) nos invitó a subir a un Ju 52, porque tenía que ir hasta los
talleres de Quilmes. Allí los estaban preparando con tolvas para esa
increíble operación contra mosquitos palúdicos y langostas, que logró
fama internacional por lo exitosa. El problema era que el regreso no era
seguro y que el avión no tenía asientos
pero igual nos lanzamos a esa aventura, que terminó exitosa porque el
avión volvió a El Palomar esa misma mañana.
Otros docentes del Newbery nos entusiasmaron con el vuelo. El mismo director, Ennio Gallego, tenía un biplano creo que Gipsy Moth, y lo hizo entelar, pintándolo en dos tonos de verde que lo asemejaban a un pepino, Así lo bautizaron "Pepino volador" y contaban algunos que a Gallego le gustaba ir a sobrevolar en rasante unas lagunas próximas a Chascomús para espantar a los patos. Entonces, un amigo les disparaba con una escopeta para ver cuántos derribaba. A este avión lo guardaba en galpones de amigos porque no tenía licencias oficiales.
Otro maestro de taller, un pelirrojo que no sé si se apellidaba Fermi o algo así, era piloto de remolque en el Albatros y una tarde nos invitó a participar en picardías que hacían en el club por la noche. La pista de pasto no estaba balizada pero un grupo ponía hileras de tachos con estopa y aceite quemado y se divertían practicando vuelos nocturnos. Disimulando mi miedo me subí a uno de esos viejos biplanos, que creo lo llamaban Pelikan. y que, como dato curioso, llevaba sobresaliendo de la cabina abierta un matafuegos. Parecía un viejo colectivo. Pero esa noche viví por pocos minutos una de mis grandes emociones. Nunca volví a ver este modelo de avión, aunque años después me dijeron que los habían fabricado en la base aeronaval de Punta Indio, allá al comienzo de los años 30. Yo ignoraba esta capacidad de esos talleres, que sabía hacían reparaciones pero no que fabricaban..
Oscar -Blog Aeronàutico Argentino.
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