El
14 de septiembre del 2011 la plataforma de la Base Aérea de Morón recibió al
T-60 en lo que fue su último vuelo, tras cumplir 22.000 horas de vuelo.
La aeronave, que fue incorporada en la FAA a principios de la década del
'90 luego de prestar servicios en la USAF, fue saludada por numeroso
público que le brindó un último adiós, antes de pasar a integrar el
Museo Nacional de Aeronáutica (MNA). El titular de la I Brigada Aérea,
comodoro Mario Aubone, y el de la Base Aérea Morón, comodoro Juan José
Janer, encabezaron la ceremonia.
Situado
frente al MNA, donde permanecerá para ser expuesto al público, el T-60
generó en los presentes sentimientos encontrados y a más de uno hizo
derramar una lágrima. "Es una aeronave que se encuentra en muy buenas
condiciones para seguir volando pero lamentablemente ya tiene que dejar
de volar porque alcanzó 22.000 horas de vuelo. Como piloto y titular de
la I Brigada, me produce un sentimiento de mucha nostalgia porque es uno
de los mejores que ha estado volando", sostuvo el comodoro Aubone.
Entrando
ahora en una segunda etapa, la de la desprogramación, se van a
recuperar algunas piezas con vida útil que servirán de repuesto para
aviones que todavía están en servicio en la Brigada.
Por
otro lado, y con la misma sensación, el comodoro Janer expresó que la
baja de esta aeronave le generó una mezcla de sentimientos: "Por un
lado, la alegría de poder preservar un avión histórico, en un lugar tan
prestigioso como es el museo y por el otro, la tristeza de perder una
máquina tan noble que ha prestado servicios tan importantes en la Fuerza
Aérea. Me produce alegría y tristeza".
En
esta oportunidad, la tripulación a cargo del Mayor Daniel Máspero,
estuvo integrada por los 1° tenientes Ezequiel Torrero y Pablo Nuñez,
los suboficiales auxiliares Esteban Luna y Jorge Jiménez y el cabo
principal Diego Bogué.
"Son
muchas las vivencias y satisfacciones vividas durante todo este tiempo.
Realmente es un gran avión, que permite hacer muchas tareas operativas,
desde un vuelo logístico antártico hasta un reabastecimiento en vuelo
de combustible a un avión de combate", explicó el mayor Máspero, jefe
del Escuadrón I C-130 Hércules y piloto de la aeronave desde el año
2000.
Tras
acumular 2.500 horas de vuelo y tripular el avión por última vez, el
oficial asegura que van a seguir trabajando con el mismo ímpetu y que
"es un orgullo para nuestro Escuadrón estar representado en la 'galería
del recuerdo', donde se encuentran todos los aviones que ha tenido la
Fuerza Aérea Argentina".
Nostálgico
y con los ojos húmedos, el suboficial principal Raúl Vicente, auxiliar
de carga del Hércules, expresó que "he tenido el honor de volar este
sistema de armas desde 1991. Tuve la suerte de brindar ayuda humanitaria
en los países hermanos de Venezuela y Perú y aunque me perdí fechas
importantes con mi familia, pasé los mejores momentos en este avión". Y
continúa: "Es muy triste para un tripulante tener que dejar un avión en
el museo, pero a la vez me siento orgulloso de haber estado durante el
último vuelo del TC -60".
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